Una silla más

Abr 24, 2015 0 Comentarios en Opinión por
Una silla más

Algunos de los objetivos que recibe de sus jefes el gerente general de un hotel son económicos, en forma de ingresos y gastos, de beneficio, al fin y al cabo. Él los canaliza a través de su gerente de recepción, de alimentos y bebidas, de la gobernanta, etc. para que cada uno también tenga los suyos y al final el hotel alcance sus retos. Mientras hablemos de dinero, todos nos entendemos bien. Incluso si son litros de agua. Pero si pasamos a kilovatioshora o a voltamperios reactivos, puede que incluso algún jefe de mantenimiento se asuste. No estamos acostumbrados a manejar otras medidas, admitámoslo. Pero deberíamos interesarnos por aprender sobre el tema, si sabemos que la energía es la tercera partida más grande de gastos de un hotel, con un 10% de peso. No es algo despreciable.

El mundo se enfrenta a un futuro amenazante sobre los recursos energéticos y la situación térmica del planeta, que avanza hacia situaciones preocupantes para las generaciones venideras. A este respecto, ya son varios los objetivos energéticos y ambientales globales que se han propuesto, donde cada país decide alcanzarlos con diferente estrategia. En concreto Chile se ha propuesto reducir un 12% la energía final sobre la proyección a 2020, para intentar eliminar en parte la fuerte relación que existe entre el PIB y el consumo de energía, dos magnitudes que en el resto de los países de la OCDE están prácticamente desacopladas. De lo que no hay duda, según afirma la Unión Europea es de que “la forma más rentable de reducir el consumo de energía es la eficiencia energética”. Y, en efecto, el gran pilar de la Estrategia Nacional de Energía 2030 de Chile, es la eficiencia energética.

Chile recibió en 2013 USD 2.581 millones en forma de turistas extranjeros que gastaron su dinero en el país, lo que significa que un 3,2% del PIB de Chile procede del turismo. La Estrategia Nacional de Turismo prevé elevar este porcentaje al 6% para 2020, la misma fecha que observan los objetivos energéticos. Aquí Chile tiene una gran oportunidad: una apuesta combinada para los dos objetivos, la eficiencia energética en los hoteles, que representan una buena parte del sector edificación, el tercer consumidor de energía del país. Refrescar la imagen de la hotelería, para alcanzar el objetivo de 5,4 millones de turistas extranjeros en 2020, haciéndola más sostenible y más verde, al tiempo que se colabora en conseguir los objetivos nacionales de energía y medioambiente, para aprovechar también la ocasión económica que tiene: según TopTravel, la principal revista de viajes de China, este mercado considera a Chile como destino de mayor potencial turístico para su población.

El gerente en su cuadro de mandos diario contempla los ingresos, el RevPAR, el presupuesto, el forecast, los empleados, la ocupación, el ADR, el GOP, y probablemente los mantenga en la cabeza día a día. Sin embargo, cabe preguntarse si conoce los datos energéticos con tanto detalle como los económicos. ¿Sabe el gerente cuánta agua consumió ayer el hotel? ¿Y cuánta electricidad le cuesta tener una habitación ocupada? ¿Cuántos litros de agua gasta por cada millón de pesos que ingresa? ¿La energía está en los informes diarios? La respuesta es negativa en muchos casos. El hotel usa a diario agua, leche, café, jabón, personal, dinero, toallas… y energía. En forma de calor, gas, gasoil, GLP, electricidad, en forma de personas, de comida, de ascensores, de agua caliente… La energía rodea todo lo que sucede dentro del hotel, desde servir una cerveza hasta imprimir una boleta, pasando por hacer una llamada telefónica o abrir una puerta. Es un concepto tan amplio como la cantidad de formas en las que se puede encontrar y, en concreto, la energía eléctrica es entendida como un servicio de interés general, ya que la actividad humana y económica no se concibe sin su existencia.

Los propietarios y gerentes a menudo tienden a pensar que las actuaciones que se quieran hacer en materia de energía resultarán costosas y con inversiones que se recuperarán en el largo plazo, con la dificultad añadida de tener que bucear en un entorno sobre el que se cree que se necesita ser un erudito para poder sobrevivir. Nada más lejos de la realidad. Un aireador para un grifo puede ahorrar un 70% del agua consumida, con un costo de 5 USD y una inversión que se recupera en pocos meses. También existen cientos de medidas que no requieren inversión: revisar los polvorientos contratos de suministro de energía y agua, modificar los horarios de operación, eliminar malas costumbres energéticas… al alcance del empleado y del cliente, y bajo el control de cualquier gerente, sea de la antigua o de la nueva escuela.

Nos dirigimos sin retorno (afortunadamente) hacia un nuevo modelo de gestión hotelera, donde la energía tiene un peso y un papel muy protagonistas. Hacia una optimización de beneficios a través de otros canales lejos de los tradicionales de personal y materia prima. El revenue management fue un revulsivo sin precedentes para la hotelería, a través de los ingresos, y ahora los hoteles y cadenas tienen una nueva oportunidad a través de la gestión de los gastos de esa tercera partida: la energía, alimentada también por un cliente cada vez más exigente energética y ambientalmente. Los gerentes se encontraron con que su sueldo tenía una parte variable en función de los resultados económicos. Probablemente la energía pasará a ser un indicador más en la tabla de valoraciones para decidir ese monto. Quizá nos dirijamos hacia facturas con costo desglosado de energía, en la que el cliente pague más o menos dependiendo del agua y la energía que consuma. A lo mejor los edificios pagarán diferentes impuestos según sus gastos energéticos y ambientales, al igual que sucede con los automóviles en muchos países.

Y en el hotel todo ello en un futuro probablemente será gestionado por un experto en el tema, una nueva figura en los organigramas hoteleros, acompañando al Revenue Manager que apareció hace algunos años, y al resto de jefes de departamento. Quizá tendremos que pensar en hacer un sitio más en las reuniones matutinas, y hacer caber una silla más para el Gerente de Energía.

Manuel Gómez Trujillo

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